31 de Diciembre del 1920

Querido X.:

Imagino tú curiosidad al recibir esta carta. Te preguntarás cómo he llegado a ti y admito es una historia increíble. Hace un par de días encontré a Marcos en el mercado de las especias y vaya susto se llevó al verme. Èl, como tú, me daba por muerta. Pasamos juntos la tarde recordando la vida en otros tiempos y no tuvo más remedio que revelarme tu paradero. Después del blue stoke me encerré en casa. Te esperé cada mañana en el zaguán. Bebí todo el coñac y me convertí en una aparición fantasmagórica: sucumbí en el silencio y el alcohol. La guardia nacional fue más de una vez por ti. Ante mi silencio no cesaron las amenazas hasta que un buen día incendiaron el jardín e hicieron añicos los cristales del ventanal. Jordi me ayudó con la huida y tendría que escribir cientos de cartas para contarte sobre los lugares, las gentes, las experiencias que viví. Hoy, solo deseo decirte que llegué a Egipto como habíamos planeado. Me hospedé en un hostal en el centro del Cairo. Allí aprendí algo de árabe egipcio y luego me refugié en Nubia, un pueblo del sur cercano a la ciudad de Asúan. Vivo con una anciana herbolaria que me protege de los más ortodoxos: es difícil ser mujer y extranjera aquí. Sigo cultivando flores en potes de miel y he aprendido sobre la magia de las plantas. ¿ Recuerdas aquellos remedios egipcios que solo existían en el papiro de Ebers según decías? ¡No imaginas cómo funcionan en los enfermos! Ya no te atormento más. Sé que estás sonriendo y dudando del poder que esconde una raíz. Tú que solo ves los rayos del sol mientras yo no dejo de preguntarme cómo hace un astro para emanar tal luz. Es casi media noche. Mañana será el mil novecientos veinte y uno y esta carta llegará a ti algún día de cualquier mes. Te abrazo con el pensamiento. Seguiré aquí, entre las aguas del Nilo y las arenas del desierto. Si alguna vez decides recuperar los diamantes eres bienvenido.

Siempre mía para seguir siendo tuya,

Shakti

P. D. Que seas pleno este y todos los años de tu vida. El poder está en ti.

Habitante

Soy habitante de la Luna. Mi casa, un iglú construido con materia moldeable, está ubicada en la zona Norte de la estepa lunar. Cada iglú está separado del próximo por una distancia de diez pies lunares, creando una extensa colonia ex- terrícola alrededor del Lago Gris, un caudaloso depósito de aguas densas, grisáceas, donde flotan dantescas flores de lotto entre estallidos de luces color neón. Mis contactos más cercanos son los vecinos del ala izquierda y el ala derecha: un anciano cosechador de hortalizas y flores provenientes de la Tierra y un joven solitario qué pasa la mayor parte del destiempo leyendo secuencias binarias, figuras geométricas, decifrando códigos de la creación. Del resto de los humanos conozco poco. He coincidido con algunas familias en el depositorio de agua deshidratada y partículas de oxígeno . Satori dice que a excepción del viejo y el joven, los otros hermanos de la colonia viven anclados al portal de la realidad que vivieron en Magma por tanto no aprecian la liviandad y la belleza del refugio lunar. A propósito, Satori es un nano felino de ojos violáceos, tan blanco que aparenta ser traslúcido. Lo encontré el día cero. Desde entonces me ha ayudado a sobrevivir dentro de este traje protector que llevaré puesto hasta que mis pulmones estén listos para intercambiar gases con la atmósfera lunar. Hoy, he invitado al anciano a beber el té. Satori se peinó la melena frondosa, preparó la mesa y en el centro colocó el recipiente que guarda las centelleantes piedras de volcán. Nuestro invitado llegó en el momento en que desaparecían las flores de loto del lago: una liturgia que sucede cada día en perfecta sincronicidad con la llegada del cansancio y el sueño. Deposité agua deshidratada, flores de lavanda y turrones de miel en conserva dentro de la tetera. El calor de las piedras se elevó en espiral hasta que hizo vapulear el aromático líquido que impregnó de calma la habitación. El anciano se posicionó sobre una manta que había desplegado en el suelo, El Gato, haciendo el tercio, observaba a distancia mientras yo servía el té. Decían los Ingleses que esta ceremonia se celebra a las cinco de la tarde. ¿Qué hora es este instante en el pasado? ¡Quien sabe! Luego Satori me ayudaría con los cálculos y aproximaciones. Ahora tenía frente a mi a un humano con ojos esperanzados, lanzando briznas de nostalgia en cada parpadeo, aguardando por mi compañía y una taza de té.

Liena T. Flores

חבר נפש

‎ Escucho el eco de tus pasos atravesando las calles de una ciudad sin nombre. Me he descubierto respirando de tu oxígeno, percibiendo el calor de tus manos. Imagino que tu mirada es el reflejo de los ríos y mares que convergen para traerte aquí. Imagino que sientes lo que siento, qué sabes que existo, que tu corazón reconocerá la memoria ancestral que nos une. Porque esta sensación de sentirme nómada, de verte en los atardeceres del cielo y en las sombras grises de la luna, se va haciendo ilógica.

Liena T. Flores
Derecho Reservado de Autor

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14 de Febrero

A ti que que andas con la luz rozándote los labios. Tan capaz de desnudarme las entrañas, dejándome inerte, suspendida en el espasmo de los dioses. A ti que me aceptas sin pretensiones, con luces y sombras, a ti te escribo.Y si algún día llegas a extrañarme, ya sabes, búscame en la poesía. Que yo voy dejando retales de vida en los versos. En ellos encontrarás los mismos besos que te han devuelto la vida.

Feliz 14 de Febrero. Amor, luz y progreso para todos.

Liena T.Flores

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Jamás ha mencionado la frágil posibilidad de quedarse para siempre. Creo que ha comprendido mi teoría retórica sobre la pertenencia,aunque por estos días le busco con ese afán libidinoso de inmortalizarme en su regazo. No puedo negarme a su galaxia de alfas, betas y antares. Mucho menos a esa magia que a destellos embarga todo cuanto toca, y esparce vida sobre los rincones más áridos de mi existencia. Aún así, aquí punza el miedo.

Liena T. Flores
Derecho Reservado de Autor

Fotografía: imagen pública tomada de la web

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4 de diciembre de 1921

Una fatídica ola de arrestos saboteó la misión. La organización fue interceptada por el tentáculo bolchevique y bajo las órdenes del General abandonamos Moscú rumbo a la vecina ciudad de Varsovia. Desde mis comienzos en la organización supe que el exilio y la muerte eran los destinos más cercanos, pero jamás imaginé que dolería tanto dejar todo atrás. Irme sin aviso, sin despedidas, y peor aún, sin esperanzas de volver a mi patria. Mi patria que es un alma divida en dos. Un alma sangrante que sufre los azotes del comunismo.

En Varsovia nos recibió el padre Kaspar, que por cierto ha sido nuestro anfitrión desde entonces. Los muchachos visitan el centro de la ciudad con frecuencia. Dicen que es divertida la plaza del mercado en Starowka y que el zurek es realmente delicioso. En cambio yo, apenas he podido ver la luz del sol. Desde nuestra llegada el pasado Octubre estoy confinada a la casa. El doctor Pawel, un buen amigo de Kaspar, dice que tengo la sangre dulce y a ese dulzor le debo este horrible cráter amarillento que ha brotado en mi pierna derecha. No existe remedio para esta enfermedad, solo cuidar de la alimentación; aunque Pawel afirma que unos doctores en Norteamérica han hecho descubrimientos importantes que prometen ser de gran ayuda. Mas el confinamiento no es tan macabro como parece. Estos meses no solo me han servido para leer incansablemente a Tolstói, sino también para beber el té cada tarde junto al General.

Liena T. Flores
Derecho Reservado de Autor

Crédito de Fotografía: Imagen pública tomada de Google.

Continuará…

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Nostalgia

Desperté respirándote. Sintiendo los latidos furiosos de tu pecho sobre mi espalda. ¿De donde ha surgido está paz nostálgica? Aquí están tus ojos desnudos mirándome con el asombro de quien ha descubierto la octava maravilla del mundo. Aquí estás tú, escuchando mis teorías cuánticas del amor y otros rollos; sonriendo, silenciándome de vez en cuando con tus besos. No sé si te extraño. Solo sé que estoy sintiendo cosas raras. De esas cosas que alguna vez soñé y nunca tuve.

Liena T. Flores
Derecho Reservado de Autor

Crédito de Fotografía: Google

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Juro que lo despedí sin vino y sin poesía. Solté las cuerdas que le ataban a mis pensamientos y lo desterré de toda esta catástrofe de inseguridades que provocaba él en mí. Solo deseo que encuentre un buen amor. Que se refugie en el regazo de otro cuerpo y que jamás le rompan los sueños. Deseo que sea inmensamente feliz para que no comprenda por qué aún le escribo.

Liena T. Flores
Derecho Reservado de Autor
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Ciento veinte días

Ahí estaba ella.Saboreando croissants y ojeando un libro como cada tarde que he visitado el café en los ultimo ciento veinte días. Jamás ha volteado la mirada. Aunque de haberlo hecho probablemente no me hubiese visto. A pesar de la distancia respiro el aroma penetrante que transpira de sus poros, y no puedo evitar insignificante ante tantos mundos disfrazados de piel. ¡Hoy luce hermosa! Vestida de gris, con el béret azul añil y unas botas de lluvia color rojo. ¡Lo he decidido! ¡Al carajo con las taquicardias, las manos sudorosas y el temblor en los labios! No soporto ni un segundo más en este anonimato cruel.

Bastaron unos pocos pasos para tenerla frente a mi. Fue entonces cuando sus ojos tristes catapultaron al macho moribundo que llevo dentro y sin reparos pregunté:

-¿Estás sola? ¿Puedo invitarte a un café?

-No, no lo estoy. Durante los últimos
meses me ha acompañado tu mirada calcinante. He percibido tu dolor, tu miedo, tu curiosidad e incluso tu deseo sacro y natural de poseerme. Es por eso que vuelvo cada tarde. Sólo esperaba que tuvieras el valor de acercarte para que estemos a salvo de una vez.

Liena Tamayo Flores
Derecho Reservado de Autor
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Tengo ganas de ti

Tengo ganas de ti. Ganas de rozar mis pies descalzos con los tuyos. De abrazarte y contar estrellas e historias hasta el amanecer. ¡Ya sé que te amo raramente! Sin necesitarte. Sin poseerte. Con mis teorías descabelladas que se han ganado como premio tus noches de insomnio. Y no falta el suicida que se arriesga a intentarlo. Total, después de todo siempre vuelves tú . ¡No sucumbas ante la hipocresía de los cuerdos! El amor se disfraza de otras formas para no morir.

Liena T. Flores ®️