Timbró el despertador a las seis y salté como resorte de la cama. La esencia de las velas merodeaba el aire. Bajo la almohada estaba el libro y los lentes parecían columpiarse sobre la mesa de noche. Entonces musité las palabras mágicas y sigilosamente abrí las cortinas. El sol, aún tenue, penetraba las gotas de rocío sobre el helecho. La orquídea azul, más imponente que el día anterior, se apoderaba de la armonía absoluta del jardín. Ahí estaba yo, sin recuerdos de la vieja noche y con cero expectativas, saliendo de la habitación hecha una nota discordante en busca del café. Permanecí en silencio frente a la estufa hasta que el estruendo de un mensaje fracturó el silencio. -¿A quién se le ocurre escribir a esta hora?- susurré . Regresé al micromundo que es mi habitación. Bebí del café lentamente al mismo tiempo que mis ojos atónitos recorrían de norte a sur el mensaje de texto .Después de tanto tiempo, de tantos días grises. Después de tantos sueños rotos y como si fuera tan fácil y tan simple…..
Aún te amo ❤️