Escucho el eco de tus pasos atravesando las calles de una ciudad sin nombre. Me he descubierto respirando de tu oxígeno, percibiendo el calor de tus manos. Imagino que tu mirada es el reflejo de los ríos y mares que convergen para traerte aquí. Imagino que sientes lo que siento, qué sabes que existo, que tu corazón reconocerá la memoria ancestral que nos une. Porque esta sensación de sentirme nómada, de verte en los atardeceres del cielo y en las sombras grises de la luna, se va haciendo ilógica.
Liena T. Flores
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Sensaciones que se tornan en palabras, recogidas en el camino de esa búsqueda desconocida y silente.
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